El antiguo rito mexicano de los Voladores de Papantla en el que un sacerdote y cuatro voladores escalan un poste de 30 metros y se amarran con cuerdas para lanzarse al vacío, se concibió originalmente para suplicar a los dioses que pusieran fin a una temporada de sequía. Actualmente, la ceremonia aún se practica a lo largo del país, especialmente en la ciudad de Papantla del estado de Veracruz, como uno de los espectáculos más atractivos de México.
Mi cuarteto de cuerdas Voladores de Papantla, escrito en siete secciones que se ejecutan sin realizar una pausa, es una narración musical de este rito. La inspiración para componer esta obra nació tras imaginar a los cuatro voladores como miembros de un cuarteto de cuerdas, que trabajan juntos para alcanzar una meta común, y al sacerdote como un compositor (en este caso yo) que aporta la música para en el ritual. Unidos, nos lanzamos a esta emocionante aventura que incluye danzas, oraciones y vuelos.
La ceremonia inicia cuando el sacerdote toca el “Son del Perdón”, con su pequeña flauta y tambor, para pedirle perdón a los dioses por haber cortado el tronco de árbol (hoy en día remplazado por un poste de metal) que van a escalar para realizar el ritual. Los cuatro voladores se le unen, bailando alrededor del poste, mientras se preparan mentalmente para el “Ascenso”. Posteriormente, uno por uno, escalan ágilmente el gran poste.
Una vez alcanzando la cima e instalándose en sus asientos, el sacerdote bendice a cada volador con una melodía, confiando en que esta “Bendición” los protegerá durante su vuelo. Después, arriesga su vida parándose en el poste sin cuerda ni arnés, y comienza una “Danza” zapateando sobre el poste para que se clave firmemente en la tierra
Cuando los cuatro voladores terminan de amarrase al poste con sus cuerdas, se inclinan hacia atrás y emprenden su “Vuelo” hacia el vacío. Conforme descienden, sus cuerdas se desenrollan mientras giran alrededor del poste hasta que logran su “Aterrizaje” en el suelo. El sacerdote después baja el poste y finalmente interpreta el “Son del Adiós” para concluir la ceremonia.
Voladores de Papantla está dedicado al Cuarteto Latinoamericano, un conjunto de cuatro “voladores” que por más de treinta y cinco años han llevado la música Latinoamericana para cuarteto de cuerdas a todos los rincones del mundo.
—Juan Pablo Contreras